viernes, 30 de agosto de 2019

MIGUEL RUIBAL (1955) / ¡ALEJAROS YA!


  •  A la libertad del artista le corresponde la libertad del espectador, y la obra será lo que aquel quiere que sea, pero sin que a su vez impida que la misma sea para el espectador lo que él quiere que sea o desee. 


  •  Ante las retratos del uruguayo RUIBAL, tan enraizados en lo moderno, la impronta da un paso más allá y revela la brutalidad y fealdad con que la sociedad despliega una cortina de turbiedad. Su secreto son unas fisonomías de mínimos rasgos que contienen máximas expresiones.   


  •  Los trazos son groseros y toscos para recalcar un cuadro de significaciones que proyectan vidas confinadas en su propia bestialidad, que es el recurso plástico que utiliza el artista de cara a la plasmación de un sentimiento de angustia que sobrellevamos permanentemente. 

Nunca enamorarse del Ángel. Recuerde  que quien cede al hechizo carga para siempre el fardo de esa lenta desdicha.

(Jorge Esquinca)

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