- El francés DMITRIENKO se quedó más desolado cada día que pasaba por su percepción aterradora de la relación del hombre con el mundo bajo las escalas de tiempo y espacio. Hasta que dejó de creer en el ser humano.
- Ya no materializaba rostros, pues estaban condenados desde el principio a no contener nada y mantenerse en silencio, a ser iconos de una falsa dramaturgia porque nadie está ontológicamente interesado en ella.
- Su obra, por lo tanto, esquematiza en claro castigo a lo que proyecta, consiguiendo que la visión sea lo suficientemente explícita en el continente y orientadora de un atisbo de criatura que tenía la huellas del fin desde el principio.
En la ceniza hay miedo.
Todo vuelve a empezar.
(Carlos Bousoño)
- Hay que rebajar la realidad al nivel de lo feo y de lo informe -pero lo informal no debe ser confundido con lo amorfo-, de lo subhumano y de lo ínfimo. ¿O al final, el resultado plástico es el inverso?
- Para el alemán FISCHER su trabajo es introspectivo además de experimental, aunque no especulativo. Él busca un equivalente a una ancestral mitología del ser, si bien su fisonomía es la de un visionario que nos niega la utopía.
- Sus obras aparentan estar sacadas de sarcófagos, que se han mantenido incólumes por los siglos de los siglos y ahora confían en sustituirnos porque no han perdido su grandeza y vasta sabiduría. Que así sea.
Hay quien asume
de otro modo el dolor,
la concentrada reflexión que todo dolor es.
Tras la meditación espantosa, el hombre puede oír,
palpar y ver,
y conocerse y ser entre los hombres.
(Carlos Bousoño)
- Cierto es que la obra de arte es una construcción de elementos concretos de forma y color que se hacen expresivos en el proceso de síntesis u ordenación. Y puede adquirir tantos estilos como finalidades imaginables.
- Y como muestra, la obra de la irlandesa DWYER es una creación entre lo aleatorio y un propósito de sintaxis que no anule su resolución y vocabulario pictóricos. Las formas solamente se suscitan, el color se gradúa, el conjunto se plasma con un discurso de libertad de unos entes y de unos sueños que flotan.
- Decía Worringer que la elección de la forma en cualquier período de la historia humana es siempre una adecuada expresión de las relaciones del hombre con su ambiente. En el caso del trabajo de esta artista, es la constatación de un encuentro de ella misma con un imaginario extrovertido, lúdico y libertario.
Hagamos entre todos la palabra
grácil y fugitiva que salve el desconsuelo.
(Carlos Bousoño)
- El británico HAYTER fue uno de los más grandes grabadores europeos del siglo XX, pero más que eso, es la creatividad de sus obras, el estilo que les imprimió, la construcción de los distintos planos que las conforman, lo que le hacen un artista sobresaliente.
- Todo en su conjunto es enigmático, gestado con una gran dominio técnico de cada uno de los elementos, como un relato de líneas que se cruzan, de cóncavos y convexos, de distintos ejes que subvierten la perspectiva última. Trenzados únicos y singulares cuyo constante movimiento confluyesen en un destino irredimible.
Hay que creer en lo inexplicable del tiempo
que oculta el rostro fugaz
en el pedazo de día
(Odalys Hernandez)
- A mí, MALKINE (francés), me han llamado extraño, excéntrico, estrafalario, loco, solitario, insociable, misántropo.
- Es cierto, sin duda, que soy extraño en relación con lo banal, excéntrico en comparación con lo burgués, estrafalario respecto a lo ordinario, loco en contraste con el cartesiano, solitario y salvaje si se me compara con la oveja, misántropo en relación con el filántropo.
- Pero que nadie se ha preguntado si es así porque quiero o porque la necedad, la ignorancia, la vulgaridad, la estrechez de espíritu, la falta de gusto, de sensibilidad e imaginación de los demás no me han dejado otra opción.
- Soy el vagabundo del surrealismo.
Hoy sonrío sin que nada me importe
malgasto la belleza del alma
para renacer mañana.
(Odalys Hernández)
- Parece que sólo los alemanes -en especial algunos como SCHLICHTER-, y únicamente en un período determinado del siglo XX, tienen la clave de visualizarnos desde un pozo muy profundo y sacarnos a flote tan desdeñables en nuestra compostura y morfología.
- Su hábil disposición óptica y realista es todo un recital de un ser humano que nunca ha llegado a pensar o reflexionar desde que nació -tal como pasa en nuestro país de burros y sol-, y se deja llevar por los vaivenes informes de una fortuna y un contexto histórico y social que camina por los bordes de la catatonia.
- En su obra la clarividencia y una visceralidad que configura un discurso efímero de la existencia dan paso a una mirada responsable de que la exhibición tenga lugar en los escenarios añejos de la pasión y la sangre.
No me culpes
por sujetar los sentidos
a cada pedazo de piel
de los siglos.
(Odalys Hernández)
