jueves, 8 de agosto de 2019

GEORGE JOSEPH MCNEIL (1909-1995) / ME FUI SIN TANTO NOMBRE


  •  El americano MCNEIL hizo caso omiso de la frase de Platón cuando dijo que el cuerpo es la tumba que nos aprisiona igual que la concha encierra a la ostra. El, dando rienda suelta a su pasión liberadora, se convirtió en un expresionista abstracto de densa contextura, hasta que el rostro que acudía a su mente se le hizo una necesidad.   


  •  Entonces aparecieron en sus lienzos ocupando todo el espacio los fragmentos de unas identidades que parecía que estuviesen en busca y captura. A duras penas se sostenían en unas pigmentaciones que si pudieran se disfrazarían de lo que antes habían sido: lavas cromáticas bulliciosas y candentes.  


  •  De todos modos, al final se organizó la efervescencia de un caos que procuró la libertad total de sus habitantes, de sus vuelos, de sus conversaciones, de sus fealdades, de sus propósitos doctrinales y ácratas. El propio artista está entre ellos en busca del paso que le dé entrada a su constelación cósmica. 

Por mi ano puro no pasaba la mierda.
En mis labios no había rastro de pintura, su adorno era tierra.
En mis pulmones habitaba el ausente silencio.

(Carmen Boullosa) 

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