sábado, 4 de noviembre de 2017

PABLO ALONSO (1969) / DELIBERACIONES


  •  Una pintura tenebrosa, simbólica y neobarroca, un sumidero que da una visibilidad ferviente al símbolo, al acecho de la muerte, a la escenografía de un drama impredecible que tiene lugar ante una audiencia arrobada. 


  •  Nos encontramos ante un artista que sabe cómo utilizar la ficción, el espacio, la representación que tiene lugar dentro de él, que impregna de una lascivia conjurada la percepción de una imágenes que nos enseñan que el arte no tiene registros tan efectivos como los suyos.  


  •  Y también apreciamos que el asturiano ALONSO ha llegado a conocer los aportes y fenómenos del pasado, los ha repensado y resignificado en orden a dotarles de un código propio que supusiese otra contribución a generar nuevas miradas. 

Muerte somos y muerte vivimos. Nacemos muertos, muertos pasamos y, muertos ya, irrumpimos en la Muerte.

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