- Con esos colores pulidos o sin ellos, fríos como el alba, el colombiano ADATTO pinta y dibuja sobre una base filosófica visual. No hay cabezas humanas sino una especie de cajas que hacen de caretas que no dejan ver.
- No es cuestión de misterio sino de una convicción existencial trasladada a la plástica, que es la que le permite expresar la verdad o la mentira de una humanidad presuntamente ciega. No es surrealismo tampoco sino una voluntad determinada de marcar su obra con el sentido de una duda en la mirada.
- También carece de retórica, pues se trata de un código figurativo que se plasma en silencio y supuestamente confabulado con la supervivencia y la angustia, con una captación y análisis de un sentimiento que estalla en toda la realidad.
Es el instante último en que la inspiración ha de hacer sentir su voz salvadora.
(María Zambrano)
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