martes, 14 de abril de 2020

NICOLA SAMORI (1977) / SE VAN Y VUELVEN


  •  La reacción, positiva o negativa, de lo moderno contra la tradición renacentista o barroca es también un vínculo a su manera con la misma, pues de ella quiere partir y contra ella crear sin menoscabo de la misma.


  •  El italiano SAMORI, también escultor, ha buscado en esos cuerpos del pasado histórico el numen que necesitaba para desarrollar la esencia de lo que quería desvelar o metamorfosear en su revés. La ejecución pictórica es impoluta hasta el momento de precipitarse en su designio.


  •  Este proceso acaba en la aparición de una plástica fantasmal que es como si el transcurso del tiempo hubiese causado la desintegración del espíritu del arte para poner en su lugar la visión de su espectro, el que al final triunfa en estas obras como fruto de un espejismo que no es humano.  

El padecer es luz cristalina; el engaño
es amor; el odio es la caricia de una mano
sedosa, exactamente como la celinda, o como la gratitud
              o el ensueño.

(Carlos Bousoño)

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