- Esos mínimos espacios en lo alto de unos peñascos sostienen unas vidas animales y humanas que están al borde de caerse a un abismo, y quizás sea ese el final que les aguarde aunque algunos se empeñen en ignorarlo.
- Son alegorías con las que el alemán KOSOW trata de movilizarnos, angustiarnos y meditar en unas respuestas que nos surgen a duras penas. Simbolismos muchos, peligros todos, penetraciones hasta en lo más ingrato del pensamiento.
- Para ello conjuga una pintura sobria y ajustada a los efectos visuales que persigue, estructurada bajo una concepción de la imagen relacionada con el romanticismo y con las visiones oníricas de un entorno amenazante.
El Espíritu es una cosa que dura.
(Henri Bergson)
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