- Esta es una propuesta iconográfica por la que nos dejamos arrebatar. Ha cambiado toda la arquitectura y fisonomía de la representación. Aunque la artista no lo haya pretendido, la ha paganizado, la ha sometido al insomnio de otra estructura formal.
- Quizás así sea mejor, nos provoca más y nos impulsa a meternos en su interior par ser ese voyeur que al mismo tiempo que reza se excita en las sombras de una escena que se mantiene suspendida en el ocaso.
- La norteamericana STAVER nos ofrece una imaginería pictórica que nos divierte y seduce, que vive en la medida en que nuestra mirada participa, en el justo límite de una percepción liberada y jubilosa.
Oh Maldoror, por fin ha llegado el día en que tus abominables instintos verán extinguirse la antorcha de injustificable orgullo que los conduce a la condenación eterna.