jueves, 25 de abril de 2019

NORLAN SANTANA (1977) / HABLAN Y CONECTAN


  •  Estas obras de arte se desnudan para vestirse con sus auténticos atavíos, los de los signos, marcas, señales, huellas, sin que al final sean descifrables si no se está en posesión de una aguda sensibilidad cromática y una perspicacia plástica.  


  •  Bien es cierto que su misión es comunicar, pero con la clave bien codificada e iluminada, a modo de una topografía en la que lo espiritual subyace y después asoma con lentitud, y subrayando una veces y amortiguando otras las escaramuzas internas.   


  •  Al nicaragüense SANTANA le va la poética tenue del susurro, la profusión congraciada, el hecho pictórico ocupando todo el espacio, la dimensión, en suma, muy arraigada de una creación que se implante en la mirada con miles de ligeros movimientos. 

Manos en el fuego.
No retires...
aguanta...
Aguanto...
El dolor se vuelve color
y el color una ternura
amarrada a la voz del que pronuncia
siempre en la distancia, con eco.
Tú respira.

(Tomás Martínez)  

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