- Algunos autores coinciden ahora en que para ser una buena obra de arte no es necesaria una razón emocional, lo que contradice la afirmación de Cézanne de que una obra de arte que no nazca de la emoción no es arte.
- La francesa FARIA reivindica, más que la emoción, la inteligencia y la ironía como rasgo distintivo y constitutivo de la obra de arte. Sitúa su producción como un avatar dentro del tiempo y en un contexto imaginario que le permite marcar estilo y significado.
- Tanto es así, que su quehacer podríamos encajarlo en el seno de un mundo visionario que a través de su figuración fantasiosa y zoomórfica, nos descubre dimensiones inéditas plásticas y visuales.
Los que creen en la religión acaban poniéndosela como las máscara de la que se olvidan.
(Fernando Pessoa)
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