viernes, 24 de junio de 2016

JOSÉ LUIS PUCHE (1976) / SIEMPRE HAY ALGO QUE SE NOS QUEDA ENTRE LAS MANOS

  •  Para muchos artistas las bóvedas se abren y escupen elementos imprevisibles, solares, miniaturas polícromas que cubren esas azoteas como pensamientos visuales o cuelgan para acercarse a abismos humanos que hasta no les incumbían.   
  •  También configuran enigmas entre una realidad que se adivina y otra que se enmascara, cuya fusión es una pulsación plástica que encarna alegorías sobre cuáles son las raíces del misterio en que vivimos.
  •  El malacitano PUCHE es uno de ellos pero con la impronta de un esfuerzo imaginativo singular y en permanente tensión, con una convicción creativa que acapara y abarca, indómita y simultáneamente planificada y jubilosamente reflexionada.     
 

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