jueves, 2 de junio de 2016

ANTONIO LABELLA / UNA CALIGRAFÍA QUE TIENE UN MISMO DESTINO

  •  Creo que era Cattelan el que dijo que la idea de originalidad es siempre compleja, pues uno puede ser original en lo que roba y en su manera de mostrar el botín tal como Michael de Montaigne, el cual tomaba sus ideas de todas partes. 
  •   El español LABELLA puede que aluda a ese fenómeno en sus obras pero partiendo de bases pictóricas muy diferentes, por cuanto ha sido antes un supuesto observador del vacío, lo cual le ha servido para caligrafíar, entre esas dinámicas ondas azuladas tan visuales y vivas, unos signos de morse y herméticos que dominan la fuerza del color.     
  •  El fondo, blancuzco, rayado, se ha constituido en un espacio que se libera y define en función de las experiencias que suceden dentro de él. Y no es de extrañar dadas las expresiones que alimenta y con las que al mismo tiempo se nutre.  
Los grillos y los sapos siguen a pocos pasos la fiesta mortuoria; tampoco ellos ignoran que su modesta presencia en los funerales de alguien les será tenida en cuenta algún día.
(Los Cantos de Maldoror) 

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