lunes, 2 de abril de 2018

FLORIAN EYMANN (1980) / ¡QUE SE VAYAN!


  •  Decía Picasso que, antiguamente, las pinturas llegaban a ser ultimadas a través de etapas. Cada día traía algo nuevo. Una pintura solía ser una suma de acciones. Pero en mi caso, una pintura es una suma de destrucciones. Yo hago un cuadro......y después lo destruyo. Y añadía que todo acto de creación es, ante todo, un acto de destrucción.    


  •  Seguramente ése es el proceso que siguió el francés EYMANN para borrar las expresiones y rostros que le importunaban constantemente y que le hacían brotar la rabia del fondo de sus entrañas. Cada brochazo es un acto de violencia que tiene la consigna de arrojar la masa de color al lienzo para tapar el retrato.    


  •  Y también podría significar lo que apunta John Berger respecto a que el propósito inicial y básico de la pintura es el de conjurar la presencia de algo que no está aquí. En este caso, añado, los valores plásticos ya han dejado de implorar.

El alma humana es víctima tan inevitable del dolor, que sufre el dolor de la sorpresa dolorosa, incluso de lo que debería esperar.
(Fernando Pessoa)

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