- Los dibujos del salvadoreño MONTERROSA ni tocan el suelo, ellos mismos se asombran de ser unos aparecidos que no saben agarrarse ni descifrar la ventura o desventura que les ha creado desde un concepto inverso.
- Son estriados, escamosos, incapaces de ver su propia imagen y semejanza, solos, muy solos, ciegos que ven o tratan de ver al que les mira, fundidos dentro de una aureola que es como una atmósfera oscura, de malos presagios.
- Evidente la capacidad para el dibujo de este artista que tiene su servidumbre y apoteosis en la figura humana, la cual le merece toda la atención metafísica sobre una condición del ser que va a seguir descubriendo hasta el rasgo final.
Esta lenta vejez
no la remedia nada; el sueño, con su máscara,
va impidiendo mi muerte, pero no este derrumbe
sucesivo y constante de la carne,
mi floja compañera, que arroparé en las sábanas.
Es acto decidido, necesario.
(Francisco Brines)
No hay comentarios:
Publicar un comentario