Involucración de la memoria en nuestro imaginario de cada día.
sábado, 5 de noviembre de 2016
LENA CRONQVIST (1938) / SOY DE LAS VUESTRAS
La pintura es plana, simple, infantil, ingenua. El dibujo se encrespa por su falta de costumbre en la ideación de una voluntad estigmatizada con la acción y las vivencias de lo sutil de un horror que nos resulta terriblemente difícil aprehender. Su dificultad estriba en nuestra propia condición de no ver más allá de lo visible.
Desde un principio la sueca CRONQVIST se propone un enmascaramiento, ya que la realidad es demasiado indigesta y estremecedora, por eso el color y las formas sugieren la inocencia escolar, el juego y el pensamiento de una guardería eterna.
Pero la única verdad que asoma es la crueldad, la infinita crueldad que no tiene edad, que surge desde antes casi del nacimiento y de la vida, que será el signo distintivo de un maniqueísmo entre el bien y el mal, entre el destino que nunca se cumple y el hado más despiadado.
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