ISABEL CONDE MARÍN / SON MIS SUDARIOS

• Todo un camino por delante para la española CONDE, igual que  para cualquier otro artista, porque el reconocimiento al que aspira está plagado de obstáculos y peajes, de favoritismos, lo que requiere fuerza de ánimo y ganas de trabajar. 

Así es como su trayectoria se va consolidando y sus exploraciones conduciendo a un lenguaje intimista en que luz destella pálidamente,  en que la claridad y las sombras se debaten en una lucha continua. Parece un mundo congelado y detenido en el tiempo.

•  El papel le da la envoltura del lienzo y su hacer es una búsqueda de su consciencia artística individualizada en las formas antiguas que quedan grabadas para la eternidad en paredes, muros, superficies, etc., es el hecho de desaparecer para quedarse dentro, como un sudario que esconde un secreto que morirá si se muestra.  

HUI CHI LEE (1972) / SON TORMENTAS

•  Tormentas, huracanes, tifones que arrastran estelas de cuerpos humanos, metáforas de vidas sacudidas por los tormentos y sufrimientos que se muestran en pinzamientos señalados.  

•  Sin poner una objeción al taiwanés CHI LEE sobre la espiritualidad de su obra, los parámetros y dimensiones que también pueden inferirse, especialmente en los aspectos formales y plásticos, es el de una síntesis liberada al modo de las grandes furias renacentistas -Signorelli, incluso Miguel Ángel-, que conjuran el destino de las almas.     

•  La factura de sus dibujos rompen contornos, se expanden, modelan señales y huellas, en un fervoroso misticismo que encarna unas energías latentes. Al mismo tiempo que traslucen, opacan, y se niegan a guiar la mirada para que ella vaya descubriendo el infinito que hay detrás.  

JACQUES CALLOT (1592-1635) / LLAMADME A VUESTRO LADO

•  En su época el francés Callot tuvo un enorme reconocimiento, que con los años fue apagándose sin que ello mermara la originalidad y singularidad de sus estampas, que eran a la vez un ejercicio de estilo como una sátira de la sociedad de su tiempo.    

•  Sus personajes, más que encarnar unas historias, son producto de un estudio gozoso de la forma y del movimiento, de la caricatura y del entorno, de la fiesta y el carnaval, del encantamiento y de lo ridículo, de lo erótico y exhibicionista. 

•  Pero la autenticidad de su construcción reside en un trasfondo risible sobre una humanidad que sobrevive riéndose de si misma, enmascarándose con el atavío de la verdad aunque ella siga sin saberlo. La sabiduría del hacer del artista así se pone de manifiesto y se publicita.   

APRIL GORNIK (1953) / YO NO VOY A ELLOS, SON ELLOS LOS QUE VIENEN A MÍ

•  La gran tradición paisajística de la pintura siempre nos ha proporcionado un imaginario físico y también irreal, sujeto a tiempos y sociedades, a hombres y mujeres que lo han sufrido o disfrutado, y que ineludiblemente ha sido un acompañante interno y externo. 

•  La norteamericana GORNIK lo ha visto desde todas las perspectivas y luces, densidades y emociones. Ha traído estas vistas hacia sí misma y con esa dominante predisposición plástica nos ofrece esas grandes extensiones con esa irradiación que no nos depara un momento, sino una eternidad. 

•  Esos espacios se hacen tangibles y se localizan cromáticamente en un repertorio visual que ya no nos abandonará, al contrario nos facilitará un paseo existencial y vital que no pone en duda la capacidad de ser y contemplar. 

 No quedan santuarios,
sólo resisten breves sagrarios de palabras.
(Aurora Luque)

HIDEAKI KAWASHIMA (1969) / ¿QUE NO QUIEREN CRECER?

•  Los artistas asiáticos, en sus nuevos trabajos de estas últimas décadas, nos vienen sorprendiendo en la presentación de unos imaginarios innovadores que no pierden el núcleo esencial de su enraizamiento.   

•  Pero además del desconcierto, suscitan reflexiones visuales y conceptuales acerca del alcance de sus obras, como éstas del japonés KAWASHIMA, que tienen unas señas de identidad en el reflejo de una infancia que se ha convertido en vieja.  

•  También provocando una ambigüedad entre el objeto, la figura de juego, la representación ensimismada, dubitativa, desamparada, coqueta y fantasmal. Aunque no lo sea, parece una delectación plástica, otra forma de concebir Monas Lisas sin esfumado.   

El cuerpo no supone un artefacto

de simple ingeniería corporal;

también es la tarea del espíritu

que se despliega sabio sobre el tiempo.

El arca que contiene, memoriosa,

la alquimia milenaria de la especie.

(Carlos Marzal) 

 

MIQUEL APARICI (1963) / MUEREN Y SIGUEN IGUAL

•  La obra del catalán APARICI ofrece, en primer lugar y antes que un resultado, objeto o producto, la idea de un proceso constructivo y escultórico, fruto de su habilidad e intuición para ensamblar las piezas y el que cada una de ellas encaje a la perfección en el engranaje. 

•  El desenlace posterior es óptimo si la pieza lograda canaliza la catarsis creativa del autor, haciéndola una realidad viva y simbólica, significante y visualizadora de un contenido que está engranado en los espacios y latitudes de nuestra existencia. 

• Por consiguiente, estos imaginarios escultóricos y férreos de las entrañas de una visión que ve en ellos la representación de lo que estando condenado al fin, han considerado, con la ayuda del artista, persistir como una ficción real y duradera. 
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JACOB COLLINS (1964) / MIS PERSONAJES NO TENÍAN UN MÍSERO RETRATO

•  Nos inclinamos por un rechazo a la idealización para volvernos carne y acabamos en espíritu, pero además sintiéndonos vida e historia de un personaje que duda del futuro porque continúa sin él.

•  Algunos pensarán que estos retratos del norteamericano COLLINS no tienen sitio ni sentido en el arte actual, aunque muchos de los adeptos a los planteamientos del estrepitoso presente tengan menos validez y consistencia que ellos.  No saben lo que el arte ni lo sabrán nunca.

•  Por consiguiente, este regreso a la práctica artista renacentista y clásica, cuando no pierde esa resolución palpitante, prodigiosa y tangible, reúne la sabiduría y el  valor plásticos inolvidables e intemporales. Nazcan donde nazcan y estén donde estén, son memoria y emoción para la mirada.