- La gran tradición paisajística de la pintura siempre nos ha proporcionado un imaginario físico y también irreal, sujeto a tiempos y sociedades, a hombres y mujeres que lo han sufrido o disfrutado, y que ineludiblemente ha sido un acompañante interno y externo.
- La norteamericana GORNIK lo ha visto desde todas las perspectivas y luces, densidades y emociones. Ha traído estas vistas hacia sí misma y con esa dominante predisposición plástica nos ofrece esas grandes extensiones con esa irradiación que no nos depara un momento, sino una eternidad.
- Esos espacios se hacen tangibles y se localizan cromáticamente en un repertorio visual que ya no nos abandonará, al contrario nos facilitará un paseo existencial y vital que no pone en duda la capacidad de ser y contemplar.
sólo resisten breves sagrarios de palabras.
(Aurora Luque)
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