miércoles, 17 de mayo de 2017

YUICHI HIRACO (1982) / MIS REUNIONES CAMPESTRES SON ADORABLES

  •  Unos expertos nos dicen que lo que hay que estudiar es la obra de arte en su contexto, bajos todos los aspectos posibles, en orden a poder iluminar al máximo su génesis y su significado. Otros argumentan que lo que ha de investigarse son las intenciones del artista, no únicamente en sus creaciones sino en todo el contexto en el que vivió y trabajó.
  
  • Lo cierto es que el japonés HIRACO nos ofrece una plástica en la que la figuración y una vena cromática muy bien conjugada nos guía a un imaginario de fusión entre la naturaleza y la humanidad, creando reuniones campestres en las que la lógica pictórica se enfunda en una visibilidad barroca e impresionista adaptadas al numen exquisito oriental.

 Porque todo despertar es olvido, el que despierta necesita del olvido para volver a tomar el hilo en la hora siguiente.
(María Zambrano)  

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