miércoles, 4 de mayo de 2016

CARROLL DUNHAM (1949) / SEREMOS UN PILAR PARA LA COMUNIDAD

  • Ante la pintura del norteamericano DUNHAM no me atrevo a ratificar lo que escribía John Dewey en referencia a que toda obra falsa que haya sido alabada es una puerta por la que se deslizan los hipócritas del arte. Aunque tiene razón en su declaración de que la experiencia estética es una manifestación, un registro y una celebración de la vida de una civilización, un medio de promover su desarrollo, y también el juicio último de la misma.    
  •  Bien es cierto que estas piezas del artista son como a modo de juego de viñetas e historias de la feminidad y sus símbolos y sus perspectivas, pero siempre dando la espalda y con el ojo trasero enseñándonos el fin del mundo o el principio de la vida. Árboles, plantas y espacios protegen y reafirman el núcleo germinal en su condición de protagonistas subalternos de una tradición seudoparadisíaca a la que darle una nueva visión.  
  •  Decía Bonami que a veces un artista falso es tan bueno que redefine lo verdadero. No voy a discutirlo pese a que DUNHAM no es de los que se puedan asociarse con el problema de la unión imaginativa y creada de la herencia del pasado con las visiones del conocimiento presente. Es más bien la expresión de un estado mental obsesivo en crear una geometría cromática de lo que no tiene misterio.
Que levante la mano quien creyere llevar a cabo un acto de justicia rogando a algún verdugo que le desuelle vivo.
(Los Cantos de Maldoror)

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