jueves, 24 de mayo de 2018

SOPHIA VARI (1940) / ¿QUIÉN NO LOS VE?


  • Cuando una obra de arte no dice nada desde el punto de vista temático, apenas será capaz de mantener con firmeza unas pretensiones elevadas con medios meramente estéticos y formales.  







  • Pero la griega VARI, pletórica de significados, planta sus iconos o ídolos o estatuas en la calle para que nuestra mirada se enganche a las predicciones de esos oráculos, para que sus moles, moldeadas en volúmenes que se retuercen como si fueran humanos, nos proyecten nuestro destino.




  •  Por eso, es atinada en este caso aquella frase de Lukàcs respecto a que la pertenencia estética se decide en relación con la amplitud y la intensidad con que la obra hace referencia a la esencia del hombre y al destino del género.

Mira mis ojos. Vencen el sonido.
Escucha mi dolor como una luna.
(Vicente Aleixandre)

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