miércoles, 29 de marzo de 2017

YOLANDA DORDA (1974) / SUFREN

  •  En el caso de la catalana DORDA el dinamismo expresionista de la pincelada se nutre de múltiples percepciones sensoriales, las cuales confluyen en una verdad muy honda a través de unos rasgos y unos colores que se conciben como la esencia de las calidades emocionales y formativas. 
  •  La tensión se enmarca en la visión, cruza todo el espacio de los cuerpos, se deforma, se desfigura, hasta ser más visiva, hasta que a las vísceras les llegue el momento de salir. Desprecio, abyección, tortura, tallan una madeja femenina del ser y del existir. Después una calma fría y silenciosa antes del morir. 
La prole cristobita cuenta un chiste
con gesto sordomudo y asombrado.
Y el antípoda ríe dando brincos
mientras aplauden los ornitorrincos.
(Manolo Romero)

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