- El alemán JUNG no pretende ni se ha propuesto alterar el curso de la pintura, pero sí jugar con ella, desacralizarla -aunque ya lo está desde hace mucho tiempo-, hacerla lúdica e insolente para que el espectador también comparta con ella ese espíritu flamígero.
- Aunque su cromatismo sea chillón, su figuración un obispado desvergonzado e inflado de ventosidad y su organización espacial muy centrada en el primer plano, su conjunción plástica es muy minuciosa en todo lo referente a su efecto visual.
- Por otro lado, hay que verlo desde la perspectiva de un imaginario muy actual e insertado en la vida de la calle, en la fealdad del entorno, en la cotidianidad mascada y anodina, en la rutina del agobio o en la desmesura de la nada aunque se mire todo.
YO NADA MÁS VEO
LA MALDITA TIERRA
RETACADA DE FANTASMAS
TAPARRABOS
TIRANDO BALAZOS
A NUESTRAS CARPAS
CUANDO LA NOCHE SE DERRAMA
(Heriberto Yépez)
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