- Por medio de la obra del francés PETIT desembarcamos en un continente desconocido, cuyos habitantes provistos de unos cuerpos esqueléticos, al vernos, detestan la ranciedad de nuestra mirada.
- Son seres creados bajo presupuestos contrarios a las expectativas visuales ordinarias, siempre cargadas de demasiada razón, y el carácter de estas obras no es el ofrecer salvaciones ni devociones, simplemente radica en rendir tributo a unas morfologías que forman parte de la criminalidad de nuestro mundo.
- Su estado es equívoco, pues si la materia que las ha llegado a conformar estaba viva, es gracias a la necesidad de ellas de resucitarla para que las constituyese, les procurase la realidad escénica y abrasadora con que ahora aparecen y existen.
Prendieron las hojas de mi pena entre caminos.
Me alejé. Quiero morir,
pero quiero estar vivo.
(Tomás Martínez)
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