- El color en el asturiano DÍAZ-FAES es un confesión concluyente si hay luz y el azul y las tonalidades afines pueden desplegarse, flotar y provocar rumores en el espacio, pero se angustia por dentro si surgen nubes oscuras y lluvias de cenizas.
- Su quehacer es la búsqueda de un pensamiento visual con una proyección física determinada, que él quiere pulsar y hacer entrega desde un sosiego recorrido, y que en su proceso constructivo bascula entre una abstracción lírica y una fermentación paisajística a la que no puede eludir.
- Con lo que en sus obras se contiene ese ethos temporal y material una vez se va percibiendo lo que se evidencia tras deshojar sus capas, que son esos posos de melancolía que se depositan según la culminación toma forma y se consuma.
Como Quevedo, que ni sube ni baja ni se está quedo.
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