- Los seres vivientes son fuentes de inspiración especialmente cuando el artista se propone ahondar y configurar los misterios que se observan en su genética, sus rasgos, sus gestos y modos de comunicación.
- Entonces, como el caso de la escultora americana YOUNGBLOOD, son sometidos a mudanzas y mutaciones morfológicas que lo enmarcan en un ámbito ontológico, además de plástico, con lo que al confluir con ellos percibimos el hálito recuperado.
- Así es como la materia de la que están formados y creados no pierde el espíritu que los anima, que los transforma en alegorías de supervivencia previas a la extinción definitiva, y que es el fondo de un mensaje que nos alcanza sin presagios de esperanza.
Cada libro que escribo
me envejece,
me vuelve un descreído.
(Fabio Morábito)
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