sábado, 12 de enero de 2019

HOLLY WILSON / OS VEO Y NO OS OIGO


  •  Los artistas, nómadas por antonomasia, no dejan de conducirnos de un mundo a otro, de un cosmos al siguiente, configurando sueños mínimos o máximos, imaginarios repletos o vacíos por la soledad, sendas desérticas o pobladas de realidades en pleno alzamiento. 


  •  Así es como la obra de la americana WILSON es el teatro de un horfanato de creatividad polivalente en el que cada uno de los entes se disfraza como quiere y le viene en gana. Quizás tienen un pasado confundido con el sueño de la razón, pero lo han ido abandonando porque lo que más les interesa es el futuro, donde amanecerán como mutantes de lo más bello.  


  •  Y lo cierto es que se han buscado sus propias tinieblas para hacerse más visibles y perceptibles, con lo que no necesitan ningún espejo, saben que su existencia está centrada en la mirada del observador, en una mirada en que cuanto más maldita sea, más consagrada estará. 

Es la fusión de contenido y forma, el cómo de la participación en el lenguaje que no puede traducirse más que en su singularidad.

(Osvaldo Picardo)

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