- El mexicano ROMERO es cachondo, bromista, marchoso y sátiro. Su pintura y su escultura, expresión absoluta de sus conocimientos respecto a la historia del arte, comunican que el sarcasmo es la ironía de la adoración pasmada al mito.
- Él, por el contrario, se embriaga cuando sus creaciones se ajustan a la perfección a una intencionalidad centrada en una significación, que no necesita una explicación más específica que la logra con su representación.
- Hay profanaciones e irreverencias que tienen el sabor plástico de una reliquia o un fetiche que debería iluminarnos con su espíritu burlón, con la inmediatez visual de una revelación insólita que invoca una plegaria insurrecta.
Si quieres saber quién eres, pregúntalo a tu vecino.
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