viernes, 2 de febrero de 2018

PATRICIA MATEO (1953) / PERFECTOS


  •  La madrileña MATEO escuchó decir a Antoine-Chrysostome Quatrèmere de Quincy que en el museo, las obras de artes se convierten en cuerpos sin alma, simulacros vacíos, desprovistos de actividad, de sentimiento y de vida. Por eso se propuso a dar a estas grandes obras grandes respuestas en su misma medida.    


  •  Y las acercó a este momento en el que estamos, pero de forma resabiada, irónica, vitalista, pulcra, sin solemnidad y con un gran conocimiento y sentido cultural e histórico. Así es como el arte es el medio de escapar de la dialéctica infinita del deseo y del hastío (Arthur Schopenhauer). 


  •  Podemos incluso hablar de este quehacer como el resultado de un fetichismo creativo capaz de generar, dadas las propiedades plásticas que no sacrifica y pone en juego, otras realidades y experiencias visuales e icónicas que fusionan aura y emoción. 

Porque la hora es siempre incierta, el cielo siempre lejano y la siempre ajena.
(Fernando Pessoa)

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