- Ante estas pinturas nos sentimos oportunamente lejos y al mismo tiempo estamos tan cerca que casi las tocamos y podemos establecer un diálogo con tales humanos. Estamos en China, en un territorio del que aún no sabemos prácticamente nada.
- Este artista chino, DONGDING, sabe obtener de su idea plástica un corolario de imágenes en que el conjunto espacio-tiempo está perfectamente ajustado y quedando patente la fuerza de estos seres sobreviviendo en su desamparo, víctimas de una lucha que nunca les dio tregua.
- Es un realismo trágico que ya no impresiona y se aprecia demasiado por ser descaradamente explícito y no aparece encadenado a una serie de secuencias de orden conceptual y minimalista que ensayase un artificio de dolor y muerte en una campana.
La risa, el mal, el orgullo, la locura, irán apareciendo, uno tras otros, entre la sensibilidad y el amor por la justicia, y servirán de ejemplo a la estupefacción humana: todos se reconocerán en ellos, no como debieron ser sino como son.
(Los Cantos de Maldoror)
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